Ciudadanía y seguridad digital
Ser ciudadanas y ciudadanos es aprender que no somos más ni
menos que nadie. Es protagonizar actos de justicia, de buen trato. Es ejercer
ese doble rol del derecho y del deber. No es simplemente tener un NIF o tener
edad para elegir a las personas que nos representan en la vida política. Es
participar, opinar, ceder, pedir cuentas, proponer y no esperar a que las
iniciativas vengan de afuera o a que no vengan para hacer lo que nos dé la
gana. Es aprender a ser importantes para las demás personas y que las demás
personas nos importen. Y esa importancia se mide sobre todo en hechos capaces
de garantizar, no de negar, el derecho a la vida digna, el buen nombre, la
intimidad de las personas y todos los demás derechos que podrían resumirse en
uno solo: el derecho a ser personas diferentes e igualmente valiosa.
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